Casa de reposo

Casa de reposo

Ximena Rivera

Cuadro de Tiza

17 páginas

Salvo para un muy escaso grupo de lectores, Ximena Rivera es una escritora desconocida en Chile. Nacida en Viña del Mar (1959), vive en Valparaíso gran parte de su vida. Ser mujer y vivir en región es un candado doble difícil de zafar en este país. Sin embargo, su obra puede ser considerada una de las más importantes de su generación. A través de ella, construye una armazón que sostiene un imaginario complejo, capaz de contener temas que van desde el simbolismo místico hasta un trabajo con el lenguaje cimentado en la sospecha sobre las palabras y su tiempo.  

Ximena murió en el hospital de Quilpué el 2013 habiendo publicado: Delirios y el gesto de responder (2001), 18 poemas de agua (2005), Una noche sucede en el paisaje (2006), Puente de Madera (2010) y Poemas de agua (2012), y participado en varias antologías distribuidas fundamentalmente en Valparaíso. Luego de que una infección intrahospitalaria terminara con su vida, se han publicado dos compilaciones de su trabajo: Obra Reunida (2013, Ediciones Inubicalistas) y Obras completas (2016, Libros del Cardo), publicaciones que incluyen el libro póstumo Casa de reposo y que de algún modo vienen a intentar saldar la enorme deuda que tenemos con esta autora. Hoy aparece en Santiago una nueva edición de este último libro, a cargo de Cuadro de Tiza, más adelante me referiré a los aspectos particulares de esta publicación.   

Casa de reposo es el libro que Ximena preparó sabiendo que su salud estaba resquebrajándose; la vida, la pobreza y la pérdida de su compañero Pepe vinieron a dar paso al abandono de la salud pública que Chile destina a quienes tienen a la literatura como su único recurso. Carlos Henrickson, poeta, fue quien transcribió y ayudó en la corrección de Casa de reposo, poemario que viene a coronar una obra que se fue desarrollando en silencio, pero con contundencia.  

El libro se compone de cinco poemas, a través de los cuales la simetría, el particular modo de abordar el lenguaje o la extrañeza que la hablante establece con él, así como el trabajo con el tema de la enfermedad hacen de Casa de reposo un libro particularmente inteligente en su estructura. La figura del tres, el número y su equilibro, se presenta a lo largo del texto como un elemento místico, tema que es fundamental en la obra de Ximena Rivera:  

«En esta casa hay algo simétrico, algo pendular: si te mueves un poco hacia la izquierda, alguien se mueve a la derecha». 

Pompeya, que bien pudiera ser la ciudad enterrada por las cenizas, es aquí a su vez una población de Quilpué (el margen del margen), lugar donde está ubicada la casa de reposo:  

«Los dolores se suceden y se repiten en Pompeya con una monotonía abisal.  

Te diré que llegar aquí es difícil, hay una suerte de tiranía en el acceso. No sé cómo lo hice, las coordenadas cardinales o geográficas no las sé, pero sé el camino, cómo me conduje aquí…». 

Ya el título del libro con ese complemento del nombre que es reposo, opera para indicarnos que la casa tiene una manufactura y una función particular, se convierte, ya no en lugar de refugio o espacio familiar, sino en el sitio para quienes, o no tienen cabida en el mundo exterior, o vienen a morir:   

«La casa es de madera, es más bien una hilera de mediaguas en un sitio rodeado de palos con enredaderas, que ficcionan una reja. El dinero es importante aquí, lo percibo por sus necesidades, y la gente me parece buena». 

(…) 

«Luego, en mis noches de insomnio, crecía y crecía la percepción de que había un dios en aquella casa, que me seducía pobremente a pasar ese umbral (…) pero en esta casa, te guste o no, se anuda Chile y nuestro destino».  

Pompeya es Chile, la crueldad que en ese lugar habita tanto como quienes ahí ven pasar las horas son una metáfora del modo en que la tragedia de quienes no pueden comunicarse, es también la tragedia de todo un país. 

Paso a comentar la edición:   

Cuadro de Tiza nos tiene acostumbrados a un trabajo pulcro como pocas editoriales, independientes o no: breves plaquet que van a conformar un catálogo con una dirección clara, contiene un significativo grupo de mujeres escritoras que es importante destacar. Llama la atención que en este caso, en el caso de Ximena Rivera, la edición de Cuadro de Tiza y su ojo de águila presente la modificación  de uno de los cinco poemas que componen el libro: «A la manera de Antonin Artaud, soy una imbécil, porque mi pensamiento es estrecho y corto: mi pensamiento no sucede» (poema III), alterando el verso que en las dos publicaciones anteriores y en sus originales versa:  «A la manera del Antonin Artaud, soy una imbécil, porque mi pensamiento es estrecho y corto: mi pensamiento no sucede». El cambio que se aprecia es la modificación del «a la manera de» en lugar de «a la manera del», significativo a la hora de juzgar el registro que la autora pretende en esta contracción, en esa cercanía que presenta entre el escritor Artaud y sí misma. Nadia Prado, en uno de los escasos comentarios que se han dedicado a la obra de Ximena Rivera, hace alusión al carácter que esta contracción tiene en el verso: «Cuando alude a Artaud, usa esta contracción o crasis de omisión, en la forma del, y allí podemos leer el salto y cercanía de un sí a otro y, luego, ante la mirada impuesta de los otros respecto de su degradación, levanta la imposición de su pensamiento al escribir: ´Mi yo se desgaja como un panecillo en la mesa donde ellos comen`».  

Era hora que se publicara a Ximena Rivera en Santiago, después de todo, el centro, por precario que sea es el centro. Me pregunto entonces por la edición de este «del» por el «de», tan fino e impoluto como impersonal y descontextualizado. Hubiera sido necesario que la edición de Cuadro de Tiza explicara esta decisión en su prólogo, pero no existe. Dudo que se trate de un error.  

Hay que leer a Ximena Rivera. Si hay una autora que no debe ser pasada por alto es Ximena Rivera. Casa de reposo es un gesto que se responde a sí misma y que a modo de un espejo nos devuelve a nosotros el guiño, una vez que ya se ha ido y que nos ha dejado este mundo creado por ella.

Publicado en la edición de octubre de 2019

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