Copa África
Ediciones Penal Largo
72 páginas
Las guías, en tanto tipo de texto, han sido planteadas como recorridos por las zonas hegemónicas de los archivos. Esta hegemonía, a su vez, responde a consensos establecidos, a puntos de referencia estructurados por relaciones de saber— poder, mediante los que consiguen el efecto de parecer ineludibles. Así constituidas, las guías pasarían a ser expresiones de aquello que Roland Barthes denominó «discurso mítico», esas formas discursivas caracterizadas por su inmovilidad, por fijar y petrificar un conjunto de significaciones. Serían por tanto formas discursivas estereotipadas, las que tendrían dentro de sus funciones el preservar ciertas perspectivas, imágenes y jerarquías, pertenecientes a los ámbitos de lo social, lo cultural, lo simbólico y lo afectivo. Ediciones Penal Largo, equipo conformado por Sergio Ramírez y Rodrigo Millán, se ha propuesto con el presente texto, realizar una guía de la 32ª Copa africana de naciones, Egipto 2019 (un año antes se le retiró la organización a Camerún, por motivos de seguridad debido al acrecentamiento de la violencia en las regiones anglófonas de aquel país). Sin embargo, su intención y resultado alteran de modo violento la estructura mítica de este tipo de discurso.
Copa África se ha dispuesto como una serie de veinticuatro entradas, correspondientes cada una de ellas a las naciones que entre el 21 de junio y el 19 de julio de este año participaron en el torneo bianual organizado por la Confederación Africana de Fútbol, siendo la primera copa africana de la historia que tuvo veinticuatro selecciones participantes, dentro de las cuales emergió como campeón a Argelia —su segunda coronación, la primera de ellas fue en 1990—, en una final disputada contra Senegal, en el Estadio Internacional de El Cairo. Pero en Copa África no encontramos este tipo de detalle estadístico, puesto que ha circulado a des—tiempo con respecto al desarrollo del torneo, y allí radican precisamente dos de los modos en que violenta la forma mítica de las guías y va adquiriendo sus múltiples valoraciones. Puesto que el equipo de Penal Largo mediante un recorte oblicuo al archivo, toma como punto de la narración para cada entrada a los desechos, restos y detritus de la historia de cada país participante. De esta manera asedia el archivo e impugna no solo al fútbol como negocio, sino que la mirada oblicua que presenta cada relato se pasea por la historia poscolonial y neoliberal de los últimos sesenta años.
El filósofo británico Simon Critchley en su libro En qué pensamos cuando pensamos en fútbol reflexiona en algunos de sus capítulos sobre la historicidad de este deporte, por lo general organizada, o guiada, por hitos tales como victorias emblemáticas, goles o atajadas memorables, derrotas desgarradoras o tragedias. Plantea que «El hincha vive por esa historia de momentos, vive con ella y a través de ella. Para ser un hincha hay que crear y poseer una historia de ese tipo, o, mejor incluso, hay que cocrearla y ser capaz de compartirla con los demás, de relatarla, además de disfrutar de la posibilidad de generar nuevos momentos». Es a partir de estos lazos que el fútbol crea comunidades que comparten memorias, historias, territorios, clases sociales, géneros y/o identidades. En su recorte oblicuo y marginal del archivo, Copa África impugna la creación de estos momentos mediante episodios marcados, en muchos casos, con sangre y fuego, los cuales se inscriben así como fisuras o desgarros de aquel archivo.
Marcelo Bielsa ha dicho que la esencia del fútbol es el gesto al servicio de la belleza. En algunas de las mejores entradas de esta publicación aquella frase adquiere ribetes conmovedores.
Publicado en la edición de octubre de 2019