Crear en peligro: El trabajo del artista migrante
Edwidge Danticat
Traducción de Lucía Stecher y Thomas Rothe
Banda Propia
199 páginas
En lugar de arquitecto, ingeniero o médico, la chica decide ser escritora. Ha nacido en Haití y a los doce años llega a Estados Unidos junto a sus padres escapando de la muerte. Y escribe. Escribe en inglés y es traducida a más de siete idiomas. Edwidge Danticat (1969) es autora de las novelas Palabras, ojos, memoria (1994) y Cosecha de huesos (1998), además de los cuentos compilados en ¿Cri? ¡Cra! (2000) y El quebrantador (2004) entre otros títulos. Crear en peligro: El trabajo del artista migrante es una serie de doce textos ensayísticos cargados de memoria colectiva y vida.
Danticat dice que todo escritor tiene historias que le obsesionan y persiguen, desde donde se configura para siempre su escritura: dos jóvenes son acribillados en una plaza pública por orden del dictador, la chica ve las imágenes grabadas mucho antes de su nacimiento y estas son guardadas en su memoria como el recuerdo de la resistencia de lo humano, del acto desesperado estos dos mártires de volver a un país que lleva décadas en llamas para hacer de él un lugar para sus hijos, pero no para sus hijos, los jóvenes que mueren en la plaza pública no los tienen, pero al menos para los hijos de los otros que miran con espanto (tal y como el dictador quiere que sea visto) el asesinato de ambos.
¿Qué puede hacer una escritora en medio de la muerte? Son días oscuros para tratar de responder a esta pregunta. Solo puedo pensar en la memoria. La experiencia de la migración cambia para siempre a quien se va, y haga lo que haga nunca volverá al mismo lugar que ha dejado, pero la apropiación de la memoria de sus ancestras, las voces que nacen desde las historias oídas desde niña, los miedos que comparte con otros migrantes ya adulta en el lugar que ha transformado en su hogar, son los cimientos de la experiencia de la escritura que en este conjunto de textos nos invita a considerar la autora.
Y de la mano con esta experiencia está la traducción de un espacio tan poco conocido, y aquí como en todo este texto hablo por mí: ¿Quiénes escriben en Haití? ¿Qué se lee? ¿Cómo es su cine? Danticat transita por el creol, el francés y el inglés que adoptó, para trasladarnos a las salas de clases, a las obras de Camus representadas a escondidas cada vez que se sumaba un nuevo mártir a la lista. A los niños alfabetizados a través de técnicas mnemotécnicas que los hacían repetir una y otra vez poemas en francés que hablaban de estaciones que ellos nunca habían visto en el trópico, y a los cuales nunca les hablaban de la época de temporales o huracanes. La historia de la colonización, sabemos, no es solo muerte y guerra, sus tentáculos son profundos y gustan de callar y desaparecer la historia de los derrotados, silenciar sus rituales. Nosotros también sabemos de eso.
Pero la muerte en Haití no es definitiva, sus muertos conviven con los vivos, reciben sus visitas, les dictan y esta fuerza conjunta es abatida una y otra vez, y una y otra vez vuelve a recordar que fue ahí el seno de la primera revolución negra que terminó ganando su independencia y luego hay que recordar de nuevo que fue una independencia que le valió más sangre y más abandono. Porque de eso habla este libro también, de los pueblos pobres que no hacen parte del paisaje o del tour. De las poblaciones que son olvidadas por sus cada vez más escuálidos Estados, de los que transitan en la miseria tras una catástrofe como el terremoto del 2010 o el huracán del 2004 y terminan desnudando ese «Otro país» como se titula el texto al que hago referencia y ese espacio que quienes gobiernan parece que nunca han siquiera pisado.