El asedio de las imágenes. Cinco biografías fílmicas

El asedio de las imágenes. Cinco biografías fílmicas

Stan Brakhage

Ediciones Bastante

140 páginas

Stan Brakhage es considerado uno de los directores más relevantes de cine experimental estadounidense, murió en la década del setenta habiendo filmado más de cuatrocientas películas que formularon una estética basada en la búsqueda de un cine que pudiera alcanzar una experiencia visual, no narrativa. Creador de un lenguaje fílmico nuevo, alejado de la estética francesa que marcaba el camino de los cineastas experimentales norteamericanos, su obra va desde Mothlight (1963) hasta Persian Series (1999—2000).

Además de su prolífico trabajo cinematográfico, realizó un curso sobre Historia del Cine y Estética en Chicago, del que surgen estas cinco conferencias en las que se adentra en la producción, pero sobretodo en la biografía de Georges Méliès, Jean Vigo, Sergei Eisenstein, Fritz Lang y Hans Janowitz.

Las biografías aquí presentes no pretenden entregar una mirada objetiva o historicista de la vida de estos cinco cineastas, Brakhage se niega a ese ejercicio desde la primera hasta la última línea y prefiere hacerlas pasar por su cámara personalísima. ¿El resultado? Tenemos la intromisión de un hombre obsesionado con el desarrollo de un lenguaje nuevo en la vida de otros creadores que lucharon sus propias y valiosas batallas. Los fracasos más absolutos se nos muestran con la misma fuerza que el impulso que los llevó a comenzar el camino del artista.

Los demonios rondan en estas cinco biografías fílmicas, los demonios de Georges Méliès (1861—1938), quien pasó de ser un ilusionista a cineasta cuando el celuloide estaba siendo descubierto en toda su fuerza. Vemos a un Méliès fascinado con las posibilidades que las imágenes en movimiento le darán para encontrar al fin a la representación de sus secretos. Fue autor del film de terror La mansión del diablo (1896), y sus más famosas películas son Viaje a la Luna (1902) y Viaje a través de lo imposible (1904).

Brakhage se introduce en la búsqueda del Doppelgänger de los miles de Jean que deambulan por la vida de Jean Vigo (1905— 1934). En esta biografía podemos apreciar la motivación que hay detrás del desarrollo de sus personajes, de su técnica. Se desliza el meollo de la discusión que se desarrollaba en Europa: «(Hay que tener muy en claro que tanto la fantasía como el realismo son estilos, modos distintos de significar. Ninguno es más falso que el otro. Ambos por igual reflejan el mundo inefable en el que los artistas se esfuerzan por recrear la vida)».

A Sergei Eisenstein, el ruso, quien filmó una de las obras cinematográficas más relevantes para la historia del cine soviético: Iván el Terrible, Brakhage lo revisa desde sus comienzos, y establece un hilo desde su obra Potemkin, hasta el famoso Iván. Encuentra una perfecta muestra del reverso de todos los procedimientos que el director se empeñó en desarrollar a lo largo de su vida en esta obra.

Fritz Lang (1890—1976), quien dirigió Metrópolis, es materia de análisis acerca de las motivaciones provenientes de la figura potente del padre, de la amenaza de ser medio judío, y de la determinación que las fuerzas opositoras pueden tener en el desarrollo artístico del niño que filma una y otra vez la misma escena.

Será a través de Dr. Caligari y del desmembramiento del sonido de ese nombre y de su historia que podremos ver desplegarse la biografía de Hans Janowitz (1890— 1954), creador de esta criatura siniestra.

¿Qué tienen en común, además de la relevancia de estos nombres en la historia del cine europeo? Para Brakhage: el llamado desde siempre al camino de la creación. El feto arrojado a cumplir con un laberinto ineludible y maldito, el de la traición y la soledad, pero de la búsqueda de eso único que vale la pena. Sin motivo ni ganancia posible y ante la interrogante del por qué emprender este camino, el artista vuelve la cara y responde«Porque se me da la gana y ándate al infierno».

 

Publicado en la edición de julio 2019

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