EL CEMENTERIO DE LOS DISIDENTES – CLAUDIO GAETE – LIBROS DEL PEZ ESPIRAL – 159 PÁGINAS

Sobre el autor

Claudio Gaete (1978) nació y vive en Valdivia. El cementerio de los disidentes fue originalmente publicado por Ediciones del Temple en 2005, el año siguiente obtuvo el Premio Municipal de Santiago. En Valparaíso compiló la obra de Ennio Moltedo y escribió este libro. Vivió en Europa, donde tradujo y autoeditó increíble y fundamental poesía francófona escrita en el tercer mundo, también Salomé (Colectivo Editorial Nihil Obstat) y su propio Mink`a (reeditado el año pasado en Editorial Fértil Provincia). Copiamos tres poemas del apartado «La novela de Saúl».

ERES EL VOTO EN CONTRA. El otro elocutor del tránsito.

Una noticia duradera y un detalle, similar a las conversaciones que

deprimen el ánimo: una frase sostenida en la punta de la lengua y

entretanto negada por los gestos del hablante.

 

Las pruebas venideras estarán de tu lado

cuando convertido ya en estatuilla de yeso

las manos temblorosas de los adoradores

te protejan de regresar la vida en busca de

una segunda oportunidad, menos verídica

cuanto más piadosa—.

Prendes fuego a tus artículos domésticos

en el basurero que se mece como incensario 

 

y aunque no te alcance la voz para la prédica, las esclerótidas completamente enrojecidas acaso basten a tu sangrario —ese cuerpo lustral que adeuda impromptus a los príncipes inspirados:

 

el puerto, la polémica comercial y el incremento veloz de la miseria bajo la higiénica forma de indicadores y recetas de cocina. Cierto: los príncipes no sueles gozar de buen humor y allí estás tú para confirmarlo, Saúl:

 

capitán alcohólico, boxeador mendigo

si en tus manos estuviera, seguro le prendes fuego a todo —piedras

palabras ciudades invisibles.

Luego silbarías en dirección a ese mar que sordo nos huye

para que venga por ti en su carroza de cuentos infantiles:

 

una calabaza

            —porque eso es todo lo que necesitas—

y un hada madrina

—porque eso es todo lo que puedes ver

cuando cierras los ojos y Valparaíso apaga la luz de tu cuarto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NOTICIA OMITIDA POR LA PRENSA:

El viernes 20 de agosto de 2005 Saúl desapareció—

 

El mar está picado. La luna llena

que aún no deshiela el mediodía.

 

El humo de mi cigarro simula una verdad

que como el título de los libros

persigue el valor de un talismán.

 

                                               Y los hombres.

El poder daimónico de un rostro, el brillo

nocturno de unos ojos que retienen

todo el paisaje de la devastación.

 

Gaviotas que croquean en el cielo

el período comprensible de una vida

que, sin embargo, no puede ser dicha.

 

Una tormenta se aproxima a las espaldas

de este día transparente. Los signos están ahí.

aunque no sepamos bien lo que nos une a la ciudad.

 

Mediodía en el mar. Sobre una esquina deshabitada

manchas de humedad comprueban que Saúl estuvo allí:

 

el tiempo

            también sangra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL PERRITO SARNOSO que mi amor y yo bautizamos el Gólem

 

—el pelado y gris violeta, el piel de elefante, el grandes orejas carcomidas, el estrías de sangre de tanto rascarse.

 

                                                                                                                Un artista conceptual

                                                                    colocó su foto en un afiche y ganó un concurso.

           Aunque lo deteste, es probable que yo esté haciendo lo mismo.

    Siguiendo el camino de Saúl, hace unas semanas desapareció aquel

 pequeño y tierno monstruo. Así es esta ciudad:

 

Se va extinguiendo de a poco, mutilando

como el cuerpo de un leproso

Cada quiltro del puerto es un gólem

Saúl es un gólem / yo soy un gólem

 

:la concentración urbana y la sarna, el poder y la sarna, el absurdo y la sarna, el dinero y la sarna—

 

            un ácaro invisible

      interpreta el papel del Doctor Frankenstein.  

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