Escribir & tachar / Narrativas escritas por mujeres en Chile (1929-1970)
Andrea Kottow y Ana Traverso
158 Páginas
Overol
Escribir & tachar / Narrativas escritas por mujeres en Chile (1929-1970), de Andrea Kottow y Ana Traverso es una muestra arrojada, inteligente y seria de que criticar es la organización que nos permite la comprensión de objetos tan complejos y escurridizos como los literarios.
Tomando la porción de tiempo indicada en el título, desgranan uno de los tópicos más mencionados de los últimos años respecto a la literatura escrita por mujeres: la invisivilización; pero ¿toda obra escrita por una mujer fue invisibilizada por la dimensión sexogenérica de su autora o lo fueron, en cambio, por el escaso interés que suponen no solo a los criterios de su época sino de la disciplina a la que se inscribieron en general? En relación a este gran sobreentendido, las autoras aclaran: «Tras haber rastreado bibliotecas y librerías de viejo, y leer muchas novelas en fotocopias, vino una segunda tarea, que implicó también, en parte, un gesto de resignación. Había mucha literatura que nos decepcionó, que, así teníamos que admitir, quizá no tenía sino un valor testimonial […] Sin embargo, y he ahí nuestro gesto de persistencia que ahora nos lleva a este libro, también hubo textos que nos maravillaron, que no nos parecieron obras menores de escritoras de segunda categoría, sino textos que injustamente habían sido desplazados frente a las producciones de sus pares masculinos. Son esos textos los que mayoritariamente comentamos acá».
Las autoras comentadas pueden dividirse en dos grupos, uno compuesto por María Luisa Bombal, Pepita Turina, Chela Reyes, María Flora Yáñez, María Carolina Geel y Maité Allamand, es decir, autoras que empiezan a escribir en las décadas del veinte y treinta, cuyas obras están ligadas a un Chile cuya estela aristócrata se encuentra en descomposición, y el otro compuesto por autoras (incluidas y excluidas) de la llamada generación del cincuenta: María Elena Gertner, Elisa Serrana, Margarita Aguirre y María Elena Aldunate.
El libro, en primer lugar, aporta precisiones respecto de qué contexto, con qué criterios y en defensa de qué intereses fueron invisibilizadas estas obras, y en segundo lugar agrupa y pone en relación novelas mediante conceptos e ideas como la profesionalización, la pérdida de los privilegios de clase, la consecuente culpa de esa pérdida por el posterior ingreso a la conciencia de clase, la enfermedad, el suicidio, la liberación, incluso fatal, que sucede en la masturbación; todos conceptos y maneras de leer que no explican sino tensan y hacen brillar estas obras.
Seis ensayos más un epílogo que, allí donde cierta crítica había visto intimismo y sentimentalismo, proponen oscuridad y asimilación de los problemas sociales, de formación y materiales específicos de ser escritoras.
Entre estos problemas, que devienen en criterios de exclusión, se encuentra el de ser Chile un país de campo cultural reducido, lo que hace que sus integrantes vean la disciplina en términos de competencia y no de colaboración y mixtura que, cuanto mayor y más diversos sean los estilos y propuestas que lo compongan, mayor calidad tendrán.
Si este problema les suena es porque tanto el foco de las autoras de Escribir & tachar como la forma en la cual desarrollan los distintos puntos están arraigados en el presente, y porque este libro no es un volumen más de historia de la literatura chilena, sino un ensayo muy útil, transparente y actual sobre autoría y tipos de circulación, sobre géneros y tipos de éxito, sobre la necesidad de no dar por hecha la organización del caos y la urgencia del presente que a cada uno/a le toca vivir.